"Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte". Aunque nunca me hubiese mirado de la misma manera que te miro a vos. Al final de cuentas, en el juego de los espejos, quién termina siendo reflejo de quién?

miércoles, 27 de enero de 2010

La lección de la flor del cerezo




Me detengo y mi memoria se llena de flores de cerezo.

Sigo andando y resbala de los ojos al alma su perfume.



Las flores del cerezo suelen caer muy pronto. La flor del sakura (cerezo) es delicada y con el viento enseguida cae. Así, se puede disfrutar de su belleza y al caer en su plenitud, no da tiempo a verla marchitar. Esto guarda relación con parte del código samurai en Japón. Es más, el emblema de los guerreros samurai era la flor del cerezo. La aspiración de un samurai era morir en su momento de máximo esplendor, en la batalla, y no envejecer y "marchitarse", como tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol.


Los cerezos no solo significan la transitoriedad de la vida, sino el renacer, el florecer, después de haber superado obstáculos o mejor dicho de haberlos transformado.


Tienen un significado muy importante para los japoneses. Más allá de que, al florecer, representen el comienzo de la primavera, la lección o, mejor aún, la moraleja de la flor del cerezo es: "Saborear la vida mientras puedes". Cuando, a su vez, nosotros HUMANOS recién aprendemos a tener en cuenta ciertas (grandes) cosas de la vida cuando ya es demasiado tarde. ¿Paradójico, no?

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